Los telómeros son las terminaciones de los cromosomas, cuyo largo se ha descubierto la
edad biológica de la persona, si es sana o no. Los más largos tienen mejor salud, los
enfermos de diabetes, migrañas, trastornos intestinales, incluso cáncer los tienen más
cortos.
La EPIGENÉTICA si la definimos como el estudio de la regulación heredable de la
actividad de los genes que no viene determinada por la secuencia genética; permite
cambiar nuestros genes mirando con alegría y optimismo la vida.
La felicidad no es lo que nos pasa, sino como interpretamos lo que nos pasa.
Hablar de felicidad es hablar del sentido que le demos a la vida.
La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino en querer lo que uno hace.
“La felicidad no está en la posada, sino en la orilla del camino” Cervantes.
La felicidad no es bienestar, el bienestar colma los sentidos, mientras que la felicidad
colma el corazón.
La felicidad es una manera de vivir. Lo entendemos mejor cuando no la tenemos: ante el
sufrimiento, el dolor, la muerte, en esos momentos entendemos: Ahora no soy feliz, antes
lo era, pero no me daba cuenta. El antídoto del sufrimiento es el amor. Cuando santo
Tomás Moro se encontraba preso, le escribía a su
hija, diciendo que era muy feliz porque era coherente con sus creencias y su forma de
vivir, ya que no estaba de acuerdo con que Enrique VIII, dejará a su esposa y se volviera a
casar, por esta causa el rey mandó apresarlo. El amor de Tomás Moro a su ideal le daba la
felicidad. El amor a una persona, el amor a un recuerdo.
Un premio Nobel japonés hizo un experimento con un grupo de personas a las cuales les
hizo resonancia magnética funcional y que en ese momento pensaran en los momentos
agradables y gratificantes del pasado; el resultado fue que se incrementaron las hormonas
del placer y de la felicidad, dopamina y serotonina.
Hoy se sabe que incluso el recuerdo genera más hormonas que cuando se vivió la
experiencia.
Cuando el doctor psiquiatra austriaco, Víctor Frankl, durante la segunda guerra
mundial estuvo preso en el campo de concentración, observo que unos judíos
morían y otros no; descubrió que aquellos que tenían un propósito para sobrevivir,
una ilusión, o un recuerdo gratificante como volver a reunirse con su cónyuge, o
hijos, le daba sentido a su vida.
En el libro de Víctor Frankl “El sentido de la vida”, nos habla de su logoterapia de
encontrar el sentido a la vida. ¿Por qué me levanto de la cama en la mañana? ¿Qué
sentido tiene que lo haga? ¿Por nuevas ilusiones? La felicidad es:
Vivir instalado en el presente, habiendo superado las heridas del pasado, y mirando
con ilusión y optimismo el futuro.
Los enganchados en el pasado, son los deprimidos.
Los angustiados por el futuro son los ansiosos.
La depresión y la ansiedad los dos grandes males del siglo XXI.
Vivir el presente con equilibrio, recordar lo gratificante del pasado y tener ilusión
por el futuro.
La mente atrae lo que quiere ver, si uno no sabe lo que quiere el cerebro no puede
atraer aquello que no se le ha mostrado.