INVASORES A LA VISTA

POR EDGARDO W. CABALLERO

Hemos visto con asombro el aumento de las casas o departamentos desocupados por

 

los propietarios que son invadidos por miembros de asociaciones político-sociales

 

pretextando la necesidad de una vivienda digna para cada uno. Estas agrupaciones que

 

apoyan con manifestaciones o mítines a políticos de la localidad, para tener el respaldo de

 

las autoridades y que ignoren las demandas que surjan. La mayoría ahora son guindas y

 

antes fueron amarillas o tricolores.

 

 

Algunas de estas organizaciones son: Asamblea de Barrios, Frente Popular Francisco

 

Villa, Consejo Democrático Chinampa de Juárez, Antorcha Campesina, Pro Vivienda

 

Independiente, Ticomán La Hormiga, Comité Urbano Popular Azteca… En algunos casos

 

las propiedades son invadidas por el crimen organizado.

 

 

Al haber una invasión los legítimos propietarios acuden a la autoridad correspondiente a

 

levantar una denuncia por despojo y el funcionario público se rehúsa a acudir al domicilio

 

del conflicto porque tienen mucho trabajo, falta personal y no tienen recursos ni para

 

trasladarse, aunque el dueño se ofrezca a llevarlos y traerlos, dicen que no pueden porque

 

tienen otras investigaciones de tiempo anterior y que todas son atendidas en el mismo

 

orden en que llegan.

 

 

Escribe Bibiana Belsasso “El despojo de la vivienda en CDMX” en el periódico La Razón

 

del 21 de junio de 2022. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, casi 9

 

casos diarios de despojos en la CDMX. En el 2019 fueron 3,149 en el 2020 bajó a 3,133,

 

en 2021 bajó a 3,123 haciendo un total de 9,405 de 2019 a 2021. Diariamente hay

 

despojos en todo el país.

 

 

El colmo estos invasores de casas o departamentos, los arriendan a ellos mismos o a

 

terceras personas que de buena fe, rentan y les entregan un contrato de arrendamiento;

 

Cuando el ministerio público se presenta demuestran que ellos no son invasores, son

 

arrendatarios, tienen contrato y pagan la renta puntualmente.

 

 

SIN TESTAMENTO Si las propiedades están intestadas o tienen problemas legales, los

 

invasores falsifican documentos con lo que acreditan ser dueños.  Desde 2005 las

 

organizaciones con la probable complicidad de algunos mandos medios del

 

Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México, revisan escrituras

 

cuyos dueños sean mayores de 95 años, verifican que ya haya fallecido y que

 

no hayan traspasado la propiedad. Con esta información acuden a los

 

inmuebles para expropiarlos y si hubiera habitantes desalojarlos. En muy pocos

 

casos solamente pagan el valor catastral de los mismos.

 

 

EL CINISMO Es tal, que aprovechando la impunidad concedida por la autoridad, han

 

invadido terrenos, construido edificios de departamentos y colocan espectaculares con la

 

leyenda: “Esta unidad existe gracias a la gestión de: “El nombre de la agrupación o del

 

diputado o ambos”

 

 

SUGERENCIAS:

 

Si es usted propietario HAGA SU TESTAMENTO. No deje deshabitado el inmueble y

 

mucho menos abandonado. Si se encuentra desocupado acuda al menos cada semana, a

 

limpiar, recoger la propaganda que dejan las pizzerías, o tiendas departamentales ya que

 

son señales de que están desocupados. No es suficiente que se lo encargue al vecino,

 

pues los invasores generalmente son violentos y el vecino no se va a arriesgar por algo

 

que no es suyo, si acaso le avisará por teléfono y cuando usted llegue ya estará invadido.

 

Si tiene suerte con la ayuda de un abogado, en meses y con muchos gastos recuperará su

 

inmueble.

 

 

 

Si es usted el arrendatario (inquilino) pídale a la persona que le va a arrendar: Copia de

 

la Boleta predial (debe estar al mismo nombre del arrendador), Copia de Identificación

 

oficial vigente, Copia de Comprobante de Domicilio, Que le muestre la escritura y anote el

 

número de la misma, la notaría y el número del Registro Público de la Propiedad. Si se

 

niega, apártese, puede tener problemas futuros en caso de rentar. Ω